lunes, 24 de abril de 2017

EL IMPERIO DEL MIEDO


El imperio del miedo. El cine de horror norteamericano post 11-S
Antonio José Navarro
Madrid, Valdemar, 2016
528 pp. - 28 €




Su condición de especialista en cine fantástico y de terror ha llevado al historiador y crítico barcelonés Antonio José Navarro, cuyas críticas podemos leer mes tras mes en las páginas de las revistas Dirigido por e Imágenes de actualidad, a convertirse en el responsable del Departamento de Publicaciones del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya durante varias ediciones. Por ello, ha coordinado y participado en varios libros publicados por editorial Valdemar en coedición con el Festival de Sitges: La nueva carne. Una estética perversa del cuerpo (2002), El demonio en el cine (2007), Explorando mundos: el cine de ciencia-ficción (2008), King Kong 75 años después (2008), Las sombras del horror. Edgar Allan Poe en el cine (2009) y Pesadillas en la oscuridad. El cine de terror gótico (2010).


El autor del libro


Por lo tanto, no es de extrañar que en su último libro, El imperio del miedo, también publicado por Valdemar, el autor haya insistido en su género predilecto. Concretamente, y tal y como especifica el subtítulo de la obra -El cine de horror norteamericano post 11-S-, Navarro se centra aquí en las producciones estadounidenses susceptibles de ser englobadas en el género y rodadas en lo que va de siglo; un siglo cuyo arranque viene marcado por la fatídica jornada del 11 de septiembre de 2001 y el atentado terrorista contra el World Trade Center de Nueva York, y cuyo significado y relevancia para el audiovisual centra el contenido del breve (y brillante) ensayo que sirve a modo de introducción del volumen. Y es que, efectivamente, el trauma provocado por este suceso "ha cuestionado y quebrado los límites establecidos entre lo pensable y lo impensable, lo tolerable y lo intolerable, lo humano y lo inhumano, y entre el Bien y el Mal absoluto".


El horror real del 11-S


Acto seguido, los capítulos 1 y 2 analizan el corpus de las películas de terror de la última década y media desde varias perspectivas, con un discurso documentado y lúcido que será la tónica habitual del libro, y donde el horror de la ficción aparece enraizado en la realidad que lo sustenta, dado que los citados ataques terroristas del 11-S han tenido un gran impacto en la concepción de buena parte de los filmes producidos con posterioridad y comentados a lo largo del ensayo.


30 días de oscuridad


Posteriormente, Navarro pasa a desgranar las distintas manifestaciones del género durante los últimos años. En primer lugar, da buena cuenta del cine de monstruos: los de raigambre fantástica y mitológica, como los vampiros (30 días de oscuridad), los licántropos (El hombre lobo) o los zombis (de los analógicos de George A. Romero a los digitales de Paul W. S. Anderson); y también otros más terrenales, como los que pueblan las muestras de hillbilly horror, subgénero del que la saga Camino sangriento es uno de los ejemplos más significativos (y progresivamente más salvajes).


La tierra de los muertos vivientes


Relacionado con esta última corriente se muestran aquellas películas que reflejan el conflicto existente entre la urbe y la naturaleza, mostrando a esta última como refugio del horror: hay ejemplos de corte más clásico, como El bosque maldito o el (excelente) remake de Posesión infernal; y también revisitaciones cuasi metagenéricas (algunas sin el cuasi) como El bosque de M. Night Shyamalan o La cabaña en el bosque de Drew Goddard. En muchos de estos filmes, los bosques son reflejados como espacios donde habita el Mal en mayúsculas, en ocasiones de naturaleza demoníaca... tal y como muestran los filmes analizados en el siguiente capítulo, entre los cuales hay muestras indiscutibles del género (como la muy reciente y soberbia La bruja) con otras de condición genérica más discutible, caso del thriller de horror Líbranos del Mal o la reivindicable cinta de Atom Egoyan Condenados.


La bruja


La jornada de Halloween es la festividad por antonomasia del cine de terror, y a ella dedica el autor el siguiente capítulo, donde películas de episodios -subgénero de tradición tan añeja en el género, si recordamos las producciones de la Amicus o la saga Creepshow- como Truco o trato, Cuentos de Halloween o las dos entregas de All Hallow's Eve tienen el protagonismo principal. No obstante, también se acuerda de largometrajes más tradicionales, con un único relato, como The Houses October Built -merece destacarse que el libro no se limita a analizar el cine estrenado en nuestro país, sino que también da buena cuenta de la filmografía inédita- o la lamentable Pay the Ghost.


Truco o trato


No cabe duda de que el terror es, junto con el policíaco, el género cinematográfico que en más ocasiones ha echado la vista atrás para inspirarse y citar algunos de sus títulos más brillantes de la década de los 70 (en cuanto al thriller, recordemos el estupendo monográfico de la Colección Nosferatu que coordinó el propio Navarro). Así lo demuestra el hecho de que en los últimos años han proliferado remakes de clásicos de dicha década como La última casa a la izquierda, La matanza de Texas, Las colinas tienen ojos, Carrie o Halloween. De todas ellas da Navarro su impresión en el capítulo dedicado a tal cometido.


La matanza de Texas: El origen


Los últimos tres capítulos están dedicados a algunas de las corrientes más prolíficas de los últimos años dentro de las fronteras del género: para empezar, el mockumentary o falso documental tuvo en la ya mítica El proyecto de la bruja de Blair el pistoletazo de salida que daría pie a una muy larga lista de títulos, con la saga Paranormal Activity como ejemplo paradigmático y más exitoso de la misma... ensombreciendo a otros títulos a nuestro parecer muy superiores, como El último exorcismo (es mejor olvidar su mediocre secuela) o la metarreferencial Detrás de la máscara.


Los extraños


Otro subgénero de gran calado dentro del cine de terror del nuevo milenio es el de las home invasions, que nos ha dado una pequeña obra maestra como Los extraños, una saga de éxito e interés puntual como La noche de las bestias o cintas tan estimables como Tú eres el siguiente o la reciente No respires. Curiosamente, Navarro emparenta este subgénero con los relatos de fantasmas -por aquello de que estos suponen también una invasión del espacio doméstico y privado-, por lo que en el mismo capítulo que aquellas analiza cintas como las sagas formadas por Expediente Warren y su secuela, las distintas entregas de Insidious y Sinister, o los remakes del cine asiático Reflejos y Presencias extrañas.


Expediente Warren: El caso Enfield


Pero si hay un subgénero que ha marcado la evolución reciente del cine de horror, ese ha sido sin duda el del torture porn. Dentro de sus coordenadas, Navarro incluye -como no podría ser de otra manera- los casos más conocidos: las sagas Saw y Hostel. Pero también se ocupa de comentar los estilemas del mismo presentes en el cine de Rob Zombie; concretamente, en el díptico formado por La casa de los 1000 cadáveres -la efigie de uno de sus protagonistas, el capitán Spaulding encarnado por Sid Haig, sirve para ilustrar la cubierta del volumen- y Los renegados del diablo... y también de 31, su última película hasta el momento, y con cuyo comentario se cierra el libro.


31


Una bibliografía complementaria a la que se cita a lo largo del volumen, así como una filmografía selectiva confeccionada por el propio autor junto con Luis Pérez Ochando -otro especialista en el género, autor de un libro estupendo sobre George Romero y otro sobre el slasher film-, terminan por armar una obra de referencia para los amantes del cine de terror, de lectura apasionante y posterior consulta recurrente, y que demuestra que este es mucho más que un simple divertimento catártico. Indispensable, pues, para todo aficionado al género que quiera conocer mejor los entresijos del mismo.

lunes, 3 de abril de 2017

ANUARIO FOTOGRAMAS 2017


Anuario Fotogramas 2017
Varios autores
Madrid, Hearst Magazines, 2017
254 pp. - 8 €




Definitivamente, ya es una tradición de carácter anual: después de reseñar las entregas correspondientes a los años 2013, 2014, 2015 y 2016, le toca el turno al nuevo Anuario Fotogramas 2017. Y como en los volúmenes previos, debemos destacar que las características fundamentales de la propuesta no han variado ni un ápice desde su debut en 1997 (¡dos décadas ya!): se trata de una publicación funcional, una suerte de herramienta de trabajo para todo aquel que esté interesado -desde el ámbito profesional al aficionado- en el séptimo arte, y que igualmente mantiene uno de sus principales atractivos: un precio asequible para una obra de consulta de más de doscientas cincuenta páginas.


La oscarizada Spotlight fue uno de los estrenos más destacados del primer mes del año


Ni que decir tiene que "Todos los estrenos de 2016", la sección correspondiente a las películas que llegaron a nuestros cines a lo largo del año pasado- ocupa el grueso del volumen: se incluyen fichas y breves comentarios críticos de todas las cintas estrenadas -de La Academia de las Musas a Vuelta a casa de mi madre-, divididas por meses, y dentro de cada mes ordenadas alfabéticamente. Además, cada mes arranca con una selección cronológica de las noticias cinematográficas más destacadas de entre las que acontecieron en dicho período de tiempo; y se completa con crónicas de los festivales especializados y los premios del sector (cada uno con su correspondiente palmarés), así como las notas necrológicas de las personalidades desaparecidas durante dicho mes, recogiendo de este modo todas las defunciones del 2016, de Alan Rickman a la pareja formada por Debbie Reynolds y Carrie Fisher (madre e hija en la vida real), pasando por personalidades como las de Andrzej Zulawski, Francisco Algora, Chus Lampreave, Ángel de Andrés López, Anton Yelchin, Michael Cimino, Gene Wilder, Curtis Hanson, Andrzej Wadja o Robert Vaughn (por citar tan solo un nombre por mes). Cabe destacar también la votación anual acerca del mejor cine del año convocada por la revista Fotogramas, que reúne los votos de 82 críticos que en esta ocasión han elegido a Tarde para la ira de Raúl Arévalo y Elle de Paul Verhoeven como lo mejor de la producción nacional e internacional respectivamente.


Tarde para la ira, mejor film español para los críticos de Fotogramas


Una vez se ha concluido con los estrenos del año en cuestión, el anuario recoge también bajo el epígrafe común de "Secciones" el listado de rodajes anuales (firmado por Manu Yáñez), y donde encontramos títulos ya estrenados como El guardián invisible, Zona hostil o El Bar; la selección de los 18 mejores cortometrajes del año (seleccionados por Alfonso Rivera); dos listados con las referencias más interesantes del mercado VOD, con 16 películas y otras tantas series (a cargo del citado Yáñez); así como las también habituales selecciones de libros (con 16 títulos recuperados por Yáñez) y las bandas sonoras más interesantes (otras 16, comentadas por el especialista Conrado Xalabarder). Cierran el volumen dos artículos sobre economía, "Bayona mantiene al mecado español en crecimiento" y "El muerto sigue muy vivo", el primero firmado por Joan Herbera y el segundo sin firmar, así como el muy útil directorio de interés para profesionales del medio.


Verhoeven ha convencido a la crítica con Elle, su regreso tras varios años inactivo


Como único aspecto negativo, al margen de que se mantiene en el título el año en curso y no aquel al que se hace referencia en su interior -es decir, en realidad el presente es un "Anuario 2016"-, señalar que en esta ocasión no se ha incluido una serie de entrevistas tal y como se hizo en el volumen anterior, con el fin de celebrar el 20 aniversario de la publicación; no obstante, no perdemos la esperanza de que, tal y como se afirmaba en el editorial de aquel tomo, esta iniciativa tenga continuidad en futuras ediciones del anuario. Pese a esto último, no cabe duda de que el Anuario Fotogramas sigue siendo una publicación muy recomendable y de gran utilidad para todo buen aficionado al séptimo arte.