lunes, 17 de enero de 2011

DESAYUNO CON DIAMANTES

Desayuno con diamantes
Sarah Gristwood
Madrid, Electa, 2010
192 pp. - 21,90 €



En este 2011 que acaba de empezar se cumple el cincuenta aniversario de películas que son ya clásicos indiscutibles del séptimo arte y que están en mente de todos: si nos limitásemos a nuestro cine tendríamos que hablar de Plácido, la obra maestra del recientemente fallecido maestro Berlanga, y si ampliásemos las fronteras al cine italiano 1961 fue también el año de una cosecha espléndida, con Accatone de Pasolini, La noche de Antonioni, Divorcio a la italiana de Germi o La chica con la maleta de Zurlini. Dos grandes nombres del cine europeo, el francés Alain Resnais y el sueco Ingmar Bergman, estrenaban respectivamente la laberíntica El año pasado en Marienbad y la fascinante Como un espejo. Pero si nos referimos al cine hollywoodiense, ese que sigue suministrando sueños (unos mejores que otros, bien es cierto) a nuevas generaciones de espectadores, aquel año, aunque no tan glorioso como el que le precedió, trajo títulos tan emblemáticos como West Side Story, Vencedores o vencidos, El rostro impenetrable, Esplendor en la hierba o El buscavidas.



Pero si hay una película de 1961 que ha pasado a formar parte de la cultura popular del siglo XX, albergando varios iconos en su seno, así como una melodía que ha hecho historia, esa es sin duda -incluso por encima del mencionado musical de Robert Wise y Jerome Robbins- Desayuno con diamantes. Dirigida por el también desaparecido hace unas semanas Blake Edwards, sin duda no es el mejor film del año -permítanme destacar, a título personal, las obras maestras citadas que filmaron Elia Kazan y Robert Rossen-, pero sí es el que ha alcanzado un más alto estatus en la nómina de películas míticas de la educación sentimental de tantos y tantos espectadores.

Blake Edwards


Coincidiendo con este cincuenta aniversario, Pavilion Books editó en el Reino Unido este libro de Sarah Gristwood, que ahora llega a nuestro país de la mano de Electa, sello del emporio editorial Random House Mondadori. Estamos ante un libro muy cercano al concepto del coffee table book, esos productos editoriales de los que es más importante el atractivo envoltorio y la majestuosidad del apartado gráfico que no el propio texto, muchas veces un mero apoyo para todo lo anterior. Por ello, este Desayuno con diamantes, además de impreso en un estupendo papel de grosor considerable, en cartoné y con sobrecubiertas, está plagado de fotografías en color y blanco y negro, muchas a toda página o incluso a doble página, que dan testimonio gráfico no solo de un film, sino de toda una época y una forma de entender el cine, la moda y las relaciones sociales.



No obstante, en esta ocasión se ha alcanzado un gozoso equilibrio ideal entre dicho aparato visual y el cuerpo textual, pues la investigación de Gristwood no es en ningún modo baladí: construida como un verdadero making of impreso, la obra sigue el proyecto de llevar a la gran pantalla la celebrada novela de Truman Capote desde los preparativos del mismo hasta el estreno y todo lo que este supuso para la sociedad norteamericana de aquel momento, pasando claro está por el rodaje del film a cargo de un joven director cuyo único punto álgido en el currículo era el éxito de la comedia Operación Pacífico con Cary Grant y Tony Curtis.

Truman Capote


Leyendo el Desayuno con diamantes de Sarah Gristwood, el lector descubrirá que en muchas ocasiones tras una película que a un gran número de espectadores se les antoja perfecta se esconden un cúmulo de desencuentros, dudas y desavenencias: un caso más popular podría ser el de aquella película prácticamente improvisada día a día que terminó siendo Casablanca, pero el film de Edwards no le anda demasiado a la zaga: Capote no quería a Audrey Hepburn como Holly Golightly -su apuesta personal era ni más ni menos que la mucho más carnal Marilyn Monroe-, Edwards no quería a George Peppard como Paul, y Mel Ferrer -el actor y director que por aquel entonces era también esposo manipulador de la actriz principal- no gustaba de muchas de las decisiones de Edwards en lo que a dirigir a su esposa se refería y condujo su interpretación desde la sombra hasta que el director del film dijo basta. Por no hablar del controvertido papel cómico de Mickey Rooney como el señor Yunioshi, el excéntrico vecino japonés de la protagonista...



Pero no todo fueron contratiempos: a la productora se la permitió filmar en el interior de la mismísima joyería Tiffany's, centro neurálgico del relato, y que gracias a la película multiplicó con creces su ya de por sí considerable fama; el director consiguió un reparto compacto y casi sin fisuras, con la participación de Patricia Neal -a la sazón esposa del escritor Roald Dahl- y del aristócrata español José Luis de Vilallonga; la colaboración entre la veterana diseñadora de vestuario del Hollywood clásico Edith Head y el mítico Hubert de Givenchy fue (nunca mejor dicho) como la seda; y el compositor Henry Mancini, después de pasar un mes sin dar con la clave para la canción que debía interpretar la protagonista en las escaleras del edificio donde vivía, se sentó al piano y compuso el tema central del film en menos de media hora.



Este tema, claro, es "Moon River", que pese a las reticencias iniciales de varios miembros del equipo, entre ellos la propia Audrey Hepburn, acabó cantando la propia intérprete sin necesidad de ser doblada: se tomó la decisión de que primara la naturalidad y la verosimilitud por encima de la perfección. Posiblemente lo que ha convertido en memorable a este film sea esa ambigüedad acerca de la protagonista -que en el texto de Capote ejerce, inequívocamente, de prostituta, algo que en el film nunca se explicita pero que puede intuirse-, y que se extiende al resto de piezas del relato acercándolo a la vida real y dotando de un cierto patetismo, no exento de ternura, a elementos supuestamente empapados de glamour como el mítico vestido negro, la kilométrica boquilla y, claro está, los diamantes de incalculable valor que se venden en el corazón de Manhattan.



En definitiva: estamos ante una lectura indispensable para conocer mejor uno de los títulos más míticos de la historia del cine, y cuyo disfrute sirve de paso, no solo como homenaje a la propia película, sino a un realizador que después bebió las mieles del éxito con la saga de La pantera rosa y otras comedias de menor fuste, pero que salvo casos muy contados -quizá solo Chantaje contra una mujer, Días de vino y rosas y parte de El guateque- nunca volvió a brillar a tanta altura.

miércoles, 5 de enero de 2011

El cine del 2010: Nuestro Top 10 para Cahiers du Cinéma

Un año más, la edición española de Cahiers du Cinéma hace balance del mejor cine estrenado a lo largo del año anterior, y ofece la posibilidad de votar tanto a los críticos especializados como a sus lectores, estos últimos a través del correo postal y digital. Los resultados acaban de publicarse en el recién aparecido n.º 41.



Para no romper la costumbre, como ya hice en 2007, 2008 y 2009, un servidor volvió a votar su particular Top 10, esta vez compuesto por la siguiente lista:

1.- Shutter Island (Martin Scorsese)
2.- Origen (Christopher Nolan)
3.- Two Lovers (James Gray)
4.- El escritor (Roman Polanski)
5.- La red social (David Fincher)
6.- The Lovely Bones (Peter Jackson)
7.- Kick-Ass (Matthew Vaughn)
8.- Gainsbourg (Vida de un héroe) (Joann Sfar)
9.- Pan negro (Agustí Villaronga)

10.- Air Doll (Hirozaku Kore-eda)

Leonardo DiCaprio en Shutter Island


Me gustaría hacer una mención especial a tres títulos que quedaron fuera simplemente porque no cabían en un Top 10, pero que estuvieron a punto de ser seleccionadas: me refiero a tres películas tan interesantes como Buried (Enterrado), El americano y The Town (Ciudad de ladrones).

Rebecca Hall y Ben Affleck en The Town (Ciudad de ladrones)

Por otra parte, y para que quede constancia, el cine visto en la gran pantalla a lo largo de este 2010 se completa con Alicia en el País de las Maravillas, Caza a la espía, El Equipo A, El Gran Vázquez, El hombre lobo, Habitación en Roma, Invictus, Iron Man 2, Los mercenarios, Machete, Pesadilla en Elm Street (El origen), Robin Hood y Sherlock Holmes.

Steven Seagal (centro) en Machete


Igualmente, hemos recuperado en formato doméstico algunas películas que no pudimos ver en el cine pero que sí fueron estrenadas a lo largo del año, y que independientemente de su calidad no hemos tenido en cuenta a la hora de confeccionar el anterior Top 10. Este es el caso de -destacando en negrita otras diez cintas de mayor interés que el resto-: Adèle y el misterio de la momia, Airbender: el último guerrero, Al límite, An Education, Brothers (Hermanos), Canino, Carancho, Centurión, Cinco minutos de gloria, Daybreakers, Desde París con amor, El aprendiz de brujo, El circo de los extraños, El corredor nocturno, El libro de Eli, El mal ajeno, El padrastro, El retrato de Dorian Gray, En tierra hostil, Fantástico Sr. Fox, Green Zone (Distrito protegido), Hierro, Killers, La cuarta fase, La herencia Valdemar, La otra hija, Legión, Los hombres que miraban fijamente a las cabras, Los otros dos, Miedos, Ni en sueños, Noche loca, Noche y día, Predators, Repo Men, Resident Evil: Ultratumba, Reykjavik-Rotterdam, Salt, Scott Pilgrim contra el mundo, Solomon Kane, Splice (Experimento mortal), Sunshine Cleaning, Teniente corrupto, Tensión sexual no resuelta, Todo sobre mi desmadre, The Crazies, The Road (La carretera), Una escapada perfecta, Un ciudadano ejemplar, Un profeta, Up in the Air, Wall Street: El dinero nunca duerme y When You’re Strange. Hubo otros cuatro estrenos de películas ya vistas antes del comienzo del año (pues fueron estrenadas en nuestro país con un retraso considerable), como es el caso de I'm Not There, Saw VI, The Girlfriend Experience y Vertige.

Eva Mendes y Will Ferrell en Los otros dos


Por si tienen curiosidad, y según lo publicado en la página 73 del último Cahiers, los diez primeros puestos de cada lista (de un total de veinte) quedaron de la siguiente forma en el resultado final:

Los votos de los críticos:
1.- Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas
2.- Copia certificada
3.- Film Socialisme
4.- Two Lovers
5.- Ne change rien
6.- La cinta blanca
7.- La red social
8.- Fantástico Sr. Fox
9.- Poesía
10.- En tierra hostil

Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas


Los votos de los lectores:
1.- La cinta blanca
2.- Two Lovers
3.- La red social
4.- Copia certificada
5.- Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas
6.- Un profeta
7.- Toy Story 3
8.- El escritor
9.- Fantástico Sr. Fox
10.- Shutter Island

La cinta blanca


Al contrario que ocurriera el año pasado, ambas listas son bien distintas entre sí, aunque tanto la crítica como los lectores le dan la razón al jurado del Festival de Cannes... sea este cual sea, ya que los críticos han elegido como mejor película del año la producción tailandesa que obtuviera el máximo galardón del festival este año, mientras que los lectores han recuperado la Palma de Oro del año pasado para el film de Michael Haneke que se estrenó entre nosotros al comienzo del 2010.

El año que viene, por nuestra parte y suponemos que también por la de Cahiers, más.