lunes, 26 de diciembre de 2011

TIM BURTON

Tim Burton
Antoine de Baecque
París, Cahiers du Cinéma, 2011
224 pp. - 35 €



Tim Burton, el objeto de estudio de esta obra publicada originalmente en 2005, revisada y actualizada en 2010 y ahora traducida al español, es un caso único en la historia del cine: en el siempre complicado equilibrio entre las ínfulas de autor y los imperativos de la gran industria hollywoodiense, o te mantienes totalmente al margen o te vendes irremediablemente. Pero como ha demostrado con cada una de sus películas, y como también demuestra al analizarlas todas y cada una el crítico Antoine de Baecque en este Tim Burton editado por Cahiers du Cinéma, el realizador norteamericano que comenzara trabajando para Disney y cuya estética se ha convertido hoy en una marca de fábrica reconocible en todo el mundo ha logrado conciliar ambas tendencias sin tener que ceder ni un ápice. Es decir: en lugar de amoldarse al mundo que le rodea, ha logrado que el mundo se amolde a él. Ahí es nada.


El mundo siniestro de Tim Burton


A diferencia de otros libros de Cahiers, como Eastwood on Eastwood o Scorsese on Scorsese -que, como sus títulos indican, se construyen a partir de las declaraciones de los propios realizadores-, este Tim Burton es un análisis crítico personal por parte de un ex jefe de redacción de la mítica revista francesa y autor de estudios de realizadores galos como Jean-Luc Godard, François Truffaut o Maurice Pialat, que a lo largo de más de doscientas páginas lujosamente ilustradas recorre la carrera profesional del realizador, desde sus comienzos como ilustrador en Tarón y el caldero mágico hasta su polémica adaptación de Alicia en el País de las Maravillas.


Poe + Price + Burton = Vincent


Así, el primer capítulo del libro, titulado "El niño vidente", De Baecque relata la infancia del joven Tim en Burbank, que es la de un niño inadaptado que busca refugio en la fantasía más siniestra, aquella que le ofrecían los cuentos de Edgar Allan Poe, las películas de terror de la Universal, los filmes japoneses protagonizados por Godzilla... y muy particularmente los largometrajes en los que participaba aquel actor tan elegantemente inquietante que fue Vincent Price. Una admiración la que sentía por el intérprete que llevaría al realizador a contar con aquel primero en el cortometraje Vincent -un rendido homenaje a Price tanto como un relato autobiográfico- y después en Eduardo Manostijeras, en la que el actor interpretó al creador del protagonista, encarnado a su vez por Johnny Depp... futuro actor fetiche del cineasta.


Pee-Wee Herman protagonizó el primer film de Burton


En el segundo capítulo, "Un mundo emergente", De Baecque se centra en los primeros pasos de Burton como realizador: esto es, los cortometrajes Vincent y Frankeenwie -este una revisión de la inmortal novela de Mary W. Shelley protagonizada por un perro resucitado por su joven dueño- y la fallida La gran aventura de Pee-Wee, su largometraje de debut y una de sus películas menos redondas, construida a mayor gloria del otrora popular cómico, luego caído en desgracia, Pee-Wee Herman.


Bitelchús: se empieza a definir lo burtoniano


A partir de este punto y salvo muy contadas excepciones, cada epígrafe estará dedicado a cada uno de los largometrajes siguientes realizados por Burton, todos ellos ya de más enjundia: un buen ejemplo es Bitelchús, un encargo de la Warner que parecía hecho a su medida, y donde el realizador empieza a definir su personalidad temática y visual, al mismo tiempo que colabora por primera vez tanto con Michael Keaton (que será su Bruce Wayne / Batman en dos ocasiones) como con Winona Ryder (con la que repetirá en la citada Eduardo Manostijeras).


Burton dirigiendo a Batman (Michael Keaton)
y Catwoman (Michelle Pfeiffer)


Precisamente a estas películas están dedicados los tres capítulos siguientes... Se le agradece al autor del libro, particularmente en los dos capítulos dedicados al Hombre Murciélago creado por Bob Kane, el detenerse en comentar los orígenes del proyecto (esto es, los cómics de DC) y la siempre lenta preproducción de unos largometrajes tan complicados como estos, en los que el interés del realizador choca con la intención de los productores y con las expectativas del público potencial. Así, y pese a que Batman y Batman vuelve gustaron a casi todo el mundo (la segunda resultó mejor recibida por la crítica, pero el éxito en taquilla de la primera fue brutal), Burton no quedó contento con las continuas intromisiones -sobre todo en el primer film- de la Warner.


Jack Skellington: otro alter ego de Burton,
pero esta vez animado


Posteriormente, De Baecque comenta Pesadilla antes de Navidad, un film que, paradójicamente (dado que como director lo firma el animador Henry Selick) se ha convertido en uno de los títulos que más generalmente se asocian al universo del realizador: no en vano los personajes son creación propia, y el enfrentamiento entre la Navidad (representada por el popular Santa Claus) y la festividad de Halloween (con el simpar Jack Skellington como rostro visible) resulta definitorio del modo en que Burton parece ver el mundo que le rodea.


Ed Wood: el cine dentro del cine según Tim Burton


A continuación se comentan dos filmes como Ed Wood y Mars Attacks!, que a pesar de ser, respectivamente, considerados como la que es posiblemente su obra maestra y uno de sus filmes fallidos, De Baecque las comenta con igual atención al detalle. Como ejemplo de la independencia crítica del escritor, llama la atención la sorprendente declaración de que el título de "el peor cineasta del mundo" que se le suele otorgar a Ed Wood Jr. se lo podrían disputar también realizadores tan consagrados como el citado Godard, Sam Peckinpah... ¡o el mismísimo Eisenstein! Lejos de compartir la opinión -que nos parece de lo más peregrina-, se le agradece a De Baecque su aparentemente insobornable discurso propio.


Burton y Johnny Depp, una pareja inseparable,
durante el rodaje de Sleepy Hollow


En el capítulo dedicado a Sleepy Hollow, que podría entenderse como el particular homenaje de Tim Burton al terror gótico, más concretamente a la factoría Hammer Films e incluso a la escuela italiana del terror capitaneada por Mario Bava, el texto se detiene en comentar también que por aquella época es cuando Burton prepara el fallido proyecto de llevar al cine el regreso de Superman -que años después realizaría Bryan Singer- con Nicolas Cage como protagonista. Igualmente, el realizador escribirá por aquel entonces el que todavía hoy es su único libro como tal: La melancólica muerte de Chico Ostra.


Big Fish: la película más luminosa de su realizador


Pese a su gran personalidad como crítico, De Baecque opina como la mayoría respecto de El planeta de los simios en versión Burton: es su peor película. Muy diferente resulta Big Fish, a pesar de ser un proyecto que casi surge como un encargo: su adaptación de la novela de Daniel Wallace es uno de sus filmes mejor acabados, y aun siendo personal resulta más accesible a un público alejado de sus constantes temáticas y visuales.


El actor favorito y la pareja de Burton en Sweeney Todd:
una asociación mortal


Acto seguido, Burton regresa a esas mismas constantes: por un lado, volverá al mismo mundo gótico y siniestro de Sleepy Hollow tanto en su nueva aproximación a la animación stop motion con La novia cadáver como en su musical Sweeney Todd, esta última también una de sus mejores películas, y donde el director consigue aprobar con nota en un género particularmente complicado. Antes y después de realizar estos trabajos, Burton filmará dos adaptaciones de otros tantos clásicos literarios infantiles: Charlie y la fábrica de chocolate de Roald Dahl y Alicia en el País de las Maravillas (y su continuación, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí) de Lewis Carroll. En ambas, como en las dos cintas previas, Burton contará con la colaboración del que es ya su inseparable actor fetiche, Johnny Depp, que ya interprete al siniestro Sweeney Todd o a personajes tan alocados como Willy Wonka o el Sombrerero Loco se ha convertido en el alter ego oficial del propio Burton delante de la cámara.


Tim Burton dirigiendo a su particular Alicia


El presente volumen se cierra con un breve texto acerca de la condición de Burton como cineasta político, así como las inevitables filmografía y bibliografía de turno. Antes de ello, un apasionante recorrido por la obra de Tim Burton, que para la ocasión se acompaña de un sugerente material gráfico donde destacan, además de los fotogramas de los filmes que se comentan, diversas fotografías de las principales influencias estéticas de Burton y un gran número de ilustraciones originales del propio cineasta, que hacen de este Tim Burton todo un catálogo de sueños y pesadillas surgidos de la mente de uno de los directores de cine si no mejores, sí más personales e inconfundibles del panorama internacional. Lo que no es poco, desde luego.


(+) Para saber más:











lunes, 12 de diciembre de 2011

El cine, según Mariano Sánchez Soler

Anatomía del crimen. Guía de la novela y el cine negros
Mariano Sánchez Soler
Madrid, Reino de Cordelia, 2011
256 pp. - 18,95 €

Manual esencial del guión cinematográfico
Mariano Sánchez Soler

San Vicente, Editorial Club Universitario, 2011
102 pp. - 13 €



Sánchez Soler, un hombre de letras... y de cine


Mariano Sánchez Soler es, ante todo, un escritor vinculado al género negro. Su producción literaria no se circunscribe únicamente al mismo -de hecho, ha publicado varios libros de poesía-, pero aquellos que siguen su obra de ficción, suponemos que empujados también por su labor como periodista de investigación y ensayista acerca de cuestiones políticas y sociales de la España de nuestro tiempo, lo reconocen de inmediato como el autor de novelas como Carne fresca, Festín de tiburones, La brújula de Ceilán, Nuestra propia sangre o la trilogía de los inspectores Pulido y Galeote recogida en el volumen Grupo antiatracos.




Pero, además de todo esto, en su currículo figura también su labor como docente en el Centro de Estudios Ciudad de la Luz de Alicante. Y es que si a Sánchez Soler le gusta la literatura, no es menos cierto que le apasiona tanto o más el cine. Y es por su labor como escritor acerca del medio que le convocamos hoy para dejar constancia de la aparición de sus dos últimos libros, dedicados en su totalidad o en parte al séptimo arte.


Las amistades peligrosas: Raymond Chandler y Billy Wilder,
abocados a la Perdición



El más reciente, y también el más atractivo de los dos, es Anatomía del crimen, que acaba de publicar Reino de Cordelia y que, como su subtítulo ("Guía de la novela y el cine negros") indica, no limita su objeto de estudio al arte cinematográfico. Pero dado que esta es la cuestión que nos ocupa en esta página, nos limitaremos a dejar constancia aquí de que el libro incluye también ensayos dedicados a escritores de novela negra, por otra parte la mayoría vinculados también artística o profesionalmente al cine, como Raymond Chandler, Jim Thompson, Chester Himes, Donald Westlake, Ed McBain o, ya dentro de nuestras fronteras, Francisco García Pavón, Andreu Martín, Francisco González Ledesma o Manuel Vázquez Montalbán.


Samuel Fuller y su Perro blanco


Pero pasemos al apartado puramente cinematográfico: lejos de rendir pleitesía a los acercamientos más canónicos dentro de la historiografía y la crítica del cine negro, Sánchez Soler dedica el primer capítulo estrictamente cinematográfico no a una de las figuras intocables del género, sino a uno de sus más radicales los francotiradores, así como uno de los cineastas más outsiders que jamás trabajaron para Hollywood (y alrededores): Samuel Fuller. Desde Manos peligrosas a Perro blanco, pasando por Corredor sin retorno, El kimono rojo o Muerte de un pichón, el también escritor y guionista al mejor postor Fuller demostró no venderse a nada ni a nadie, e hizo de su ideario moral y estético un estandarte que blandió siempre contra viento y marea; esto es, contra intromisiones de la productora y/o presupuestos irrisorios.


Sean Connery, detective avant la lettre por obra de Umberto Eco


Sánchez Soler también dedica artículos más generalistas al cine policíaco: "De qué hablamos cuando decimos 'cine negro'" es, pese a su brevedad, un texto luminoso en tanto que didáctico que recorre el género desde sus mismos orígenes hasta muestras heterodoxas como El nombre de la rosa de Umberto Eco o ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick, títulos señeros en la medida en que dieron lugar a películas tan populares como la adaptación de la primera protagonizada por Sean Connery o la emblemática Blade Runner de Ridley Scott.


Santos Trinidad sentencia: No habrá paz para los malvados


También merece atención el capítulo dedicado a nuestro cine negro, aparentemente un erial pero lo suficientemente constante como para decir aquello de que haberlo, haylo. Desde las muestras tempranas que firmaron Julio Salvador e Ignacio F. Iquino a comienzos de los años 50 hasta la reciente No habrá paz para los malvados, obra maestra absoluta de Enrique Urbizu, pasando por películas a reivindicar como la popular El crack, La verdad sobre el caso Savolta, la inquietante y muy personal Las horas del día, 25 kilates, Flores negras, la soberbia Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto o varios de los filmes de Mariano Barroso, quizá el único (junto con Urbizu) que presenta una cierta constancia dentro de las coordenadas del género.


El Halcón Maltés: para muchos, el nacimiento del cine negro


Destacar, para terminar la glosa de este volumen, que el libro en cuestión se cierra con una muy útil recopilación de apéndices, entre ellos una filmografía de adaptaciones literarias ordenadas alfabéticamente, de A pleno sol de René Clément a Zodiac de David Fincher. Tampoco hay que dejar de lado el constatar que Anatomía del crimen presenta con un suculento apartado gráfico, en muchas ocasiones con imágenes de clásicos incontestables del cine negro como Perdición, El Halcón Maltés, El sueño eterno, La jungla de asfalto, El abrazo de la muerte o Retorno al pasado... que hacen de la acción de ojear el libro todo un deleite para la vista. Pero leerlo lo es todavía más.




Señalábamos antes la labor como profesor que Mariano Sánchez Soler desempeña en el Centro de Estudios de Ciudad de la Luz de Alicante, adscrito a la Universidad Miguel Hernández de Elche. Fruto de esta labor docente, que le ha llevado a analizar profundamente un gran número de producciones audiovisuales, es este Manual esencial del guión cinematográfico, publicado por ECU y del que se señala que "ha sido elaborado para mostrar la esencia del guión cinematográfico como escritura narrativa. Tiene un objetivo docente. Es un texto directo, sin subterfugios, que desvela los ejes que mueven el proceso de la escritura cinematográfica, y sirve para introducirnos en su ejercicio".


"Rosebud...": el inicio de Ciudadano Kane


Difícil decir más con menos palabras: efectivamente, en apenas cien páginas, su autor desglosa los conceptos centrales del guion de cine, desde lo que es un plano o una secuencia, a recursos esenciales de la narración (algunos puramente audiovisuales, otros no) como la elipsis, el fundido o el encadenado. A continuación trata todos los aspectos susceptibles de suponer una dificultad al autor primerizo que se propone escribir por vez primera un guion, como el establecimiento de la idea central frente a la historia o el tema, el diseño de los personajes, la inevitable escaleta o los siempre complicados diálogos.


Unas palabras susurradas al final de Lost in Translation


Como manual pedagógico que es, el presente volumen aporta un par de anexos, uno de ellos firmado por el dramaturgo (y guionista y realizador) David Mamet y el otro un ejercicio a partir del relato de Ernest Hemingway Los asesinos, que inspirara un par de películas brillantes firmadas por Robert Siodmak (Forajidos) y Don Siegel (Código del hampa).


El soberbio arranque de Forajidos adapta a Hemingway


Estos breves apéndices, junto a los ejemplos y las ilustraciones que acompañan al texto (de Ciudadano Kane a Lost in Translation, pasando por 2001. Una odisea del espacio, Chinatown, Veredicto final o Único testigo), hacen de este Manual esencial del guión cinematográfico una muy útil herramienta para todo aquel que quiera introducirse en la maravillosa (y nunca suficientemente valorada) labor de guionista cinematográfico.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

SUPERHÉROES. DEL CÓMIC AL CINE

Superhéroes. Del cómic al cine
Tonio L. Alarcón
Madrid, Calamar, 2011
280 pp. - 35 €




En la actualidad, la presencia (casi hegemónica) en los cines del género superheroico -por así llamarlo- ha llegado a un punto tal que parece mentira que hace no más de quince años no se hubiera intentado ya de una forma rigurosa y sistemática el aprovecharse de un sector del público, los fieles lectores de cómics de toda la vida, predispuesto a dejarse el dinero en la taquilla. Por aquel entonces, la saga de Batman desarrollada por Warner -no lo olvidemos, propietaria de DC Comics- que firmaron, con desigual fortuna a favor de quien ya sabemos, Tim Burton y Joel Schumacher, resultaba ser un oasis en mitad de un erial. Pero fuer llegar Bryan Singer y Sam Raimi con sus X-Men y sus Spider-Man respectivamente, y todo cambió. Para bien, claro, aunque algunos puedan hablar de saturación del mercado...


X-Men: con ellos empezó todo (o casi)


Por ello, resulta lógico que a estas alturas surja un libro como este Superhéroes. Del cómic al cine, firmado por Tonio L. Alarcón y editado con el buen gusto habitual por Calamar. No es la primera vez que se publica un título de estas características -ahí está Películas clave del cine de superhéroes (Ma Non Troppo), firmado por Quim Casas como precursor dentro de la bibliografía especializada escrita en castellano-, pero sí es la primera ocasión de la que disponemos para descubrir todo un universo de ficción de forma mucho más completa (y, lógicamente, más actualizada), además de una oportunidad estupenda para conocer las opiniones de un crítico tan interesante como Alarcón acerca de un gran número de títulos destacados del (sub)género -en realidad todos los verdaderamente importantes, pues el autor no se deja (casi) nada en el tintero-, y, además, ilustrados como el tema se merece: siempre he defendido que si hay una clase de libros que por fuerza han de incorporar material gráfico, esos son los libros sobre cine (¿qué es, principalmente, el séptimo arte, si no una sucesión de imágenes?), y al respecto el trabajo de Calamar, en este libro y en cualquiera de los suyos, es ejemplar.


Superman de Richard Donner: un ilustre precedente
de la actual Edad de Oro del género


Este Superhéroes. Del cómic al cine es un libro que quiere posicionarse cerca de su lector, por lo general un cómplice rendido de antemano a la temática que se trata. Así lo confiesa el propio Alarcón en la introducción, distanciándose de una fórmula crítica más analítica y especializada: “No se extrañe el lector por el hecho de no encontrar en este libro el tipo de análisis más profundo, incisivo y, por qué no decirlo, sesudo, que acostumbro a practicar en revistas como Dirigido: la intención ha sido, en esta ocasión, abrir el abanico de lectores y poder interesar también a aquellos que no le dan tanta importancia a la puesta en escena, y mucho más al desarrollo argumental. Por una vez, el acento está puesto en el qué y no en el cómo". No obstante, no piense el lector que se encontrará con un texto descuidado y excesivamente coloquial: la obra que nos ocupa está redactada con rigor y buen hacer; es solo que el autor, en esta ocasión, no resulta ser un crítico de cine que se acerca con curiosidad a un fenómeno como el de las películas de superhéroes, sino más bien se trata de un lector de cómics de esta temática que toma por objeto de estudio las adaptaciones fílmicas del material literario que conoce (y muy bien) previamente... pero con las herramientas propias de un crítico de cine hecho y derecho.


El Batman de Christopher Nolan: para muchos,
el superhéroe de cine definitivo


Sin más dilación, dejemos testimonio del contenido del libro y de cómo este está estructurado: tras un texto genérico a modo de introducción ("Cine y superhéroes: una larga relación)", Alarcón pasa a comentar las películas -y de paso, los seriales realizados tanto para la gran como para la pequeña pantalla- nacidas a partir de cabeceras de las dos grandes compañías del género: DC y Marvel Comics. De la primera comenta los casos de sus dos personajes más importantes, Superman y Batman, analizando las cintas dirigidas por Richard Donner, Richard Lester, Christopher Nolan o los citados Singer, Burton y Schumacher, sin olvidarse de producciones para televisión como Lois & Clark, Smallville o la popular serie de Batman de los años 60. También comenta el caso de Linterna Verde, menos célebre, seguramente como peaje a pagar para dotar al libro de un rasgo de actualidad al glosar la reciente, y para muchos fallida, adaptación firmada por Martin Campbell. Acto seguido, en un capítulo llamado "Liga de la Justicia: Tratamientos menores de DC Comics", el autor comenta los casos de Flash, Capitán Marvel, Supergirl, Steel, Catwoman, la Cosa del Pantano, Constantine y Jonah Hex. Esto es, personajes que no han tenido tanta suerte en la gran pantalla, algo obvio si recordamos los muy pobres filmes firmados por Jeannot Szwarc sobre la prima de Superman, Pitof con el álter ego criminal de Selina Kyle, o Wes Craven acerca del cómic de terror de Len Wein y Bernie Wrightson revitalizado por Alan Moore.


La Cosa del Pantano ha tenido mucha peor fortuna
en el cine que en el cómic


En el caso de Marvel, y atendiendo a sus orígenes literarios en orden cronológico, Alarcón glosa las grandezas y miserias de las adaptaciones protagonizadas por los 4 Fantásticos -que han tenido muy mala suerte en las películas dirigidas por Tim Story, no hablemos ya de la producción de Roger Corman que nunca llegó a ver la luz-; los citados Spider-Man de Raimi (con una mención al The Amazing Spider-Man de Marc Webb que está por venir) y X-Men de Singer, Brett Ratner y Matthew Vaughn -director que nos ha legado recientemente la estupenda X-Men: Primera generación-; Hulk -de Ang Lee a Louis Leterrier, sin olvidar la mítica y naif serie con Bill Bixby y Lou Ferrigno como Banner y Hulk-; Iron Man -para el que esto firma, con un tratamiento estupendo por parte de Jon Favreau-; Thor, Blade... y la más reciente de todas: Capitán América. Pero al igual que con DC, Alarcón deja un espacio para obras menores -en su opinión- a partir de personajes como Daredevil, Elektra, Punisher, Motorista Fantasma y Man-Thing.


Hasta que lleguen Los Vengadores, Capitán América es
la última aportación de Marvel al género


Una vez cerrados estos apartados, que por razones obvias se llevan la parte del león del libro, el autor se centra en autores y temáticas más concretas: por un lado, dedica un epígrafe al citado Moore, autor británico que renueva el género a lo largo de los años 80 y 90, y del que se han realizado tres películas que pueden enmarcarse dentro de esta temática: La Liga de los Hombres Extraordinarios, V de Vendetta y Watchmen. También From Hell (Desde el infierno) tuvo su origen en un cómic escrito por Moore (de hecho, una de sus más grandes obras maestras), si bien su argumento -alrededor de la figura de Jack el Destripador y la investigación para atraparle- se aleja con creces del ámbito superheroico, a la postre objeto del presente estudio.


Watchmen: una adaptación (casi) al pie de la letra


Los siguientes capítulos están dedicados a la lamentable The Spirit firmada por Frank Miller -otro gran autor del medio, aunque ha vivido tiempos mejores en el pasado- a partir de la inmortal creación de Will Eisner; El Cuervo (The Crow) de James O'Barr llevado al cine por, entre otros, Alex Proyas; las Tortugas Ninja, vistas en la gran pantalla tanto en filmes de imagen real como en animación digital; Hellboy, creado por Mike Mignola y llevado al cine por el fan fatal Guillermo del Toro; y Spawn de Todd McFarlane, fruto de una mediocre versión fílmica.


The Crow tuvo más repercusión de lo esperado
por ser la película póstuma de Brandon Lee


Acto seguido hace acto de presencia Mark Millar, uno de los autores hot del momento, convocado aquí gracias a las adaptaciones de dos de sus títulos más conocidos y celebrados: Wanted (Se busca) y Kick-Ass. Si el primero dio lugar a un film apenas aceptable como una adrenalítica action movie más, el segundo se convirtió en manos del citado Matthew Vaughn en una de las adaptaciones más conseguidas del género, gracias a su mirada cínica e irónica no solo acerca de los superhéroes en sí, sino también de sus acérrimos seguidores.


Kick-Ass: una visión cínica del superhéroe para iniciados


Llegado este punto, es el momento de agradecerle a Alarcón su acercamiento heterodoxo, lejos de fundamentalismos talibanes, al género, lo que nos permite leer textos breves pero reveladores acerca de títulos que no son verdaderamente adaptaciones de cómics, pero sí filmes que beben de la temática y la estética de este tema. Es el caso de la recuperable Darkman de un Raimi pre Spider-Man, del Hancock encarnado por Will Smith o de dos títulos tan imprescindibles como Los Increíbles y El protegido... ambos excepcionales, si bien el film de M. Night Shyamalan es, para el que esto firma y hasta este momento, la obra maestra definitiva del género.


Los Increíbles: superhéroes para todos los públicos


También queda espacio para recordar dos filmes en los que aparecen escuelas de superhéroes, como Sky High y Zoom, así como el muy ilustrativo capítulo sobre parodias (por así decirlo) del género, que no solo reseña títulos como Mystery Men -a nuestro parecer, mucho mejor de lo que piensa el autor- o Mi super ex-novia, sino también dos cintas magníficas pero lamentablemente inéditas en nuestro país como Defendor y Super.


Ellen Page en Super... o qué difícil es ser
un héroe sin superpoderes


Como puede verse, estamos ante una obra más que exhaustiva y articulada con rigor. Ahora bien, y dejando aparte que puedan echarse en falta títulos que podrían haberse incluido en el presente libro, como Rocketeer, Juez Dredd, The Shadow, The Phantom o Dylan Dog -todos ellos héroes de hecho cuyo origen se encuentra en el noveno arte-, como aficionado a cualquier adaptación cinematográfica cuya fuente se halle en el mundo de la historieta, echo en falta una obra rigurosa que analice películas ajenas al género superheroico como -por citar solo algunas- Popeye, Ghost World, American Splendor, Oldboy, Una historia de violencia, Camino a la perdición, 30 días de oscuridad, 300, Los sustitutos, RED o la reciente Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio.


Harvey Pekar (Paul Giamatti en American Splendor):
todo lo contrario a un superhéroe


Pero, claro está, ese no era el interés de la presente obra, y habrá que esperar a un proyecto futuro que recoja el testigo de Alarcón, Casas y demás críticos en tratar este tema. Mientras tanto, sirva este recomendable Superhéroes. Del cómic al cine para descubrir algunos de los misterios y los entresijos de un género que, lejos de agotarse, parece haber venido para quedarse.


(+) Para saber más:




lunes, 28 de noviembre de 2011

Paul Thomas Anderson en Valencia

O casi. Hoy lunes 28 de noviembre se presenta en la capital valenciana el libro de Ediciones Akal Paul Thomas Anderson, escrito por José Francisco Montero y dedicado a la obra del realizador de películas como Boogie Nights, Magnolia o Pozos de ambición. El acto, que contará con la participación de Pablo Ferrando García y del autor del libro, tendrá lugar a las 19:00 horas en Fnac San Agustín (Avda. Guillem de Castro, 9-11) de Valencia.




Más información sobre el libro, aquí:

Autor: José Francisco Montero
Editorial: Akal
ISBN: 978-84-460-2621-1
Páginas: 240
Fecha de publicación: 31/10/2011

Currículo del autor:
Licenciado en Psicología y escritor cinematográfico, ha publicado en revistas como Cuadernos del matemático, Miradas de cine, Versión Original, Presspectiva, Pasadizo, Kane3 o Shangri-la. Es autor del libro Imágenes de la revolución en el cine contemporáneo: La inglesa y el duque / La comunne (París, 1871) (coescrito con Israel Paredes), de próxima aparición, y ha participado en los libros colectivos Cien miradas de cine y La lucha obrera en el cine.


La gran familia (porno) de Boogie Nights


Resumen:
Después de cinco largometrajes y diversos trabajos en otros formatos, Paul Thomas Anderson se ha erigido como uno de los autores más influyentes y complejos del cine actual. Responsable también de los guiones de sus películas, P. T. Anderson ha creado ya una obra muy cohesionada pero en la que es apreciable, asimismo, una sugerente evolución. Si antes de cumplir los treinta años, Anderson era ya autor de dos obras capitales -Boogie Nights y Magnolia, después de su también magnífica ópera prima, Sydney-, y tras el deslumbrante experimento que constituyó Embriagado de amor, con Pozos de ambición ofrece una nueva obra maestra que, además, supone un trascendental paso en su trayectoria. Todas ellas son películas situadas en un difuso espacio entre la gloriosa tradición cinematográfica de su país y las corrientes más rigurosas e inventivas del cine contemporáneo, pero ante todo insobornablemente personales, ofreciendo con las mismas un complejo retrato de los EEUU que, como ocurre con los grandes autores, posee resonancias universales.


Anderson dirigiendo a Day-Lewis en Pozos de ambición


En este libro se abordan algunos de las circunstancias que han marcado su carrera, se perfila la aportación de cada una de sus películas a la evolución de su autor, se analizan exhaustivamente cada una de ellas y se estudian las preocupaciones creativas que han caracterizado hasta ahora su obra y, sobre todo, cómo han ido tomando forma a lo largo de la misma.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

.38: NeoNoir

Por vez primera dentro de lo que vienen siendo mis colaboraciones con Calibre .38, la revista digital especializada en género negro, comento un libro de cine. Concretamente, un ensayo colectivo sobre cine negro contemporáneo coordinado por Jesús Palacios y publicado por T&B:



lunes, 17 de octubre de 2011

ANNA KARINA. LA PRINCESA DE LA NOUVELLE VAGUE

Anna Karina. La princesa de la Nouvelle Vague
Albert Galera
Barcelona, Alrevés, 2011
176 pp. (+ 16 pp. color) - 26 €




La celebrada -y al parecer del que esto suscribe, por lo general muy acertada y funcional- política de los autores defendida por los más famosos críticos (y futuros cineastas) de Cahiers du Cinéma acabó beneficiándoles directamente cuando acabaron constituyendo eso que se ha venido a llamar la Nouvelle Vague o Nueva Ola francesa -otra etiqueta muy apropiada, dicho sea de paso-, pero se volvió en su contra... al menos en parte, resultando ser las principales bajas colaterales aquellas que conformaban su particular star system.


La mirada más inolvidable de la Nouvelle Vague


Así, cuando hablamos de la Nouvelle Vague enseguida nos remitimos al núcleo duro formado por los cineastas Jean-Luc Godard, François Truffaut, Eric Rohmer, Claude Chabrol y Jacques Rivette, y no nos acordamos tanto de las estrellas que plasmaron ante la pantalla los sueños y las elucubraciones de aquellos: los nombres de Jean Paul Belmondo, Jean Seberg, Jean-Claude Brialy o Jean-Pierre Léaud (aka Antoine Doinel) son convocados muchas menos veces. Y el de Anna Karina no es, desde luego, una excepción.


Anna Karina lee a Anna Karina


"Me gusta pensar que en el origen de este libro hay un enfado. Un arrebato de venganza cinéfila o de justicia poética, porque... Anna Karina fue el icono femenino de la Nouvelle Vague por excelencia y eso es algo que, al menos a este lado de los Pirineos, se olvida demasiado a menudo". Son palabras del crítico cinematográfico Philipp Engel, extraídas de su prólogo a Anna Karina. La princesa de la Nouvelle Vague, el libro que firma Albert Galera y que acaba de editar Alrevés; unas palabras que muy bien podrían explicar el germen de una obra como esta. Porque vaya por delante, y es algo que podrá gustar más o menos al lector, que estamos ante un volumen hagiográfico escrito por un admirador incondicional de la intérprete franco-danesa.


El soldadito, su primera colaboración con Godard


Después de una semblanza biográfica inicial, que sitúa al lector en los orígenes del personaje público retratado, el libro pasa a realizar un completo recorrido por la filmografía de la actriz, centrándose principalmente en el cometido desarrollado por esta en cada una de las películas en las que participó, citando diálogos y subrayando las escenas más importantes o memorables. Por supuesto, el otro gran protagonista del libro es el citado Jean-Luc Godard, verdadero descubridor de Anna Karina, a la que dirigió en ocho largometrajes: El soldadito, Una mujer es una mujer, Vivir su vida (para el que esto firma, una de las cumbres de la obra de ambos, director e intérprete), Banda aparte, Lemmy contra Alphaville, Pierrot, el loco, Made in USA y uno de los episodios de El oficio más viejo del mundo. A lo largo del desarrollo de esta obra conjunta ambos se enamoraron, se casaron y acabaron divorciándose tras seis años de matrimonio. Una vida privada en común que se entrelazó con la pública y marcó profundamente algunos de los fotogramas más memorables de la historia del cine europeo.


Con Belmondo en la inolvidable Pierrot le fou


Pero Anna Karina es y fue mucho más que "la musa de Godard" -este es precisamente el título del capítulo que glosa la colaboración entre ambos-: a lo largo de su prolífica carrera fue dirigida por grandes cineastas europeos, tanto franceses (Agnès Varda, Michel Deville, Roger Vadim, los citados Rohmer y Rivette) como extranjeros (los italianos Zurlini y Visconti, los alemanes Fassbinder y Schlöndorff, el inglés Tony Richardson)... sin olvidar nombres como George Cukor, el chileno afincado en Francia Raoul Ruiz o, ya más recientemente, Jonathan Demme, que requirió sus servicios para La verdad sobre Charlie, su remake del Charada que protagonizaron Cary Grant y Audrey Hepburn.


Una madura Anna Karina cantando en
La verdad sobre Charlie


Así, otros títulos destacados de su filmografía pero ajenos a la sombra de Godard serían La religiosa de Rivette, El extranjero de Visconti, Justine de Cukor, La isla del tesoro de Ruiz, Risa en la oscuridad de Richardson, Ruleta china de Fassbinder o Cleo de 5 a 7 de Varda. Todos ellos por cierto, con la salvedad de los dos últimos, adaptaciones literarias de, respectivamente, Denis Diderot, Albert Camus, Lawrence Durrell, Robert Louis Stevenson y Vladimir Nabokov. Y todos ellos comentados a lo largo de presente libro: Galera recorre pormenorizadamente unos títulos, pasa más por encima de otros (obviamente, por considerarlos de menor interés), pero no se deja nada en el tintero. Ni siquiera aquellos filmes de no ficción donde Anna Karina participa como ella misma, caso del documental de la serie Cinéastes de notre temps dirigido por Rohmer y dedicado a Carl Th. Dreyer, o aquellos en los que la actriz se atrevió a ponerse tras la cámara.


Con Mastroianni en El extranjero, según Albert Camus


El volumen, en su voluntad por ser exhaustivo, se completa con varios textos que podrían funcionar a modo de apéndice: el ensayo "Roller Girl", que firma Toni Fonollet (y único del volumen que no está escrito por Galera), se centra en la carrera como cantante de Anna Karina; por su parte, "Made in Karina" repasa la influencia que ha supuesto la intérprete para el cine posterior, con referencias que van de la Princesa Leia de la saga Star Wars a la pornstar Sasha Grey de The Girlfriend Experience, pasando por la Juliette Binoche de Mala sangre o la Elina Löwensohn de Simple Men de Hal Hartley... dicho sea de paso, y junto con Quentin Tarantino, el cineasta norteamericano más diáfanamente influenciado por la obra de Godard. Finalmente, un pliego de imágenes en color, un glosario y la consabida filmografía acaban por dar forma al libro.


Vivir su vida: Anna Karina convertida en un icono eterno


Como decíamos, este Anna Karina. La princesa de la Nouvelle Vague es la obra de un fan fatal de la actriz; por tanto, quien espere de ella un análisis crítico profundo se sentirá decepcionado. Tampoco es una biografía al uso, mucho menos una de esas que apuestan por lo más políticamente incorrecto y que gustan de incluir la leyenda de "Biografía no autorizada" en su cubierta. Pero sí es un bonito -y muy merecido- homenaje, que rellena un hueco en la producción bibliográfica española, dedicado a una figura que trasciende, como el autor se encarga de demostrar en repetidas ocasiones, su condición de actriz para convertirse en todo un icono cultural definitorio de un cine -el de la Nueva Ola gala- cuyos logros todavía colean, así como de una época que ha quedado marcada a fuego en el recuerdo de generaciones sucesivas de cinéfilos de todo el mundo. Ahí es nada.