Ven y mira. El cine fantástico y de terror en la zona prohibida
Rubén Lardín (coord.)
San Sebastián, Donostia Kultura, 2011
418 pp. - 22 €
Título tras título, año tras año, la colección de volúmenes temáticos editados por la Semana de Cine Fantástico de San Sebastián y dedicados a diversos aspectos, temáticas y nombres del género, se han convertido en obras de referencia ineludibles para los especialistas y aficionados al mismo. Sin ir más lejos, en esta misma página hemos glosado ya los dos volúmenes inmediatamente anteriores, "Métal Hurlant" y el cine fantástico y La bestia en la pantalla, ambos coordinados por Jesús Palacios y de lectura indispensable.
En esta ocasión, Palacios cede el testigo a Rubén Lardín en la dirección del volumen colectivo Ven y mira. El cine fantástico y de terror en la zona prohibida, que toma como objeto de estudio "ese cine considerado amoral, molesto y a contracorriente"; esto es, algunas de las cintas más polémicas de todos los tiempos, y que reúne a la siguiente nómina de estudiosos: Joan Ripollès Iranzo, el citado Palacios, Daniel Ausente, Jorge de Cascante, Nelson de la Rosa, Jordi Costa, Frank G. Rubio y el propio Lardín.
Como en las entregas anteriores, el coordinador del volumen abre fuego con una introducción a modo de presentación del proyecto, para acto seguido ceder paso a diversos ensayos genéricos sobre el tema. En esta ocasión, Joan Ripollès Iranzo es el primero en acometer el recuento de temas delicados y filmes que se han atrevido a tratarlos, recordando cintas como Shock Waves, la más popular Los niños del Brasil o las más recientes Hostel y Turistas.
A continuación Jesús Palacios, el propio Lardín y muy particularmente Daniel Ausente nos recuerdan la historia de cómo la censura ha sometido a control algunas de estas películas, desde los tiempos del primer cine silente hasta el reciente caso de la prohibición de exhibición y la acusación judicial contra Ángel Sala -a quien, junto a José Luis Rebordinos, está dedicado el libro- de A Serbian Film... Un (lamentable) caso que, a nadie se le escapa, ha servido de detonante para la organización del ciclo dentro del marco del Festival al que acompaña el presente volumen.
En el apartado "Planeta prohibido" el lector encontrará diversos estudios más específicos: de nuevo, Ripollès Iranzo hace acto de presencia para tratar el cine exploitation norteamericano, con títulos como Forced Entry, Mondo Topless (del inimitable Russ Meyer, toda una eminencia en este ámbito), la emblemática La violencia del sexo (I Spit on Your Grave) o la exitosa La última casa a la izquierda, debut en la dirección del luego muy popular Wes Craven, a la sazón creador de dos mitos modernos del terror como Freddy Krueger (Pesadilla en Elm Street) y Ghostface (Scream).
Por su parte, Jesús Palacios dedica su atención tanto a filmes pertenecientes por derecho propio al cine fantástico como otros que no lo son tanto pero que se mueven por territorios limítrofes al mismo: es el caso de Un perro andaluz y La edad de oro, primeros filmes de Luis Buñuel y obras clave del surrealismo cinematográfico; Hated de Todd Phillips, autor luego de la muy exitosa Resacón en Las Vegas; Taxidermia, de Gyorgy Palfi... o muestras de cine de autor en clave indiscutiblemente fantastique, como La posesión de Andrzej Zulawski o Anticristo de Lars von Trier.
A continuación, Lardín explora "los bajos fondos del horror mediterráneo", con muestras de ese cine abisal y ultraviolento que tan bien se les ha dado a realizadores de latitudes europeas (sobre todo los italianos, como es bien sabido); inmediatamente después, Nelson de la Rosa y Jesús Palacios tratan dos temas particularmente polémicos: la presencia de la fe religiosa en el cine de género, sea terror o erótico (acuérdense del cine de Walerian Borowczyk y demás imitadores ambientado en el interior de tortuosos conventos), así como el papel que juegan los niños bien como víctimas bien como personajes negativos dentro del género, sin lugar a dudas uno de los temas tabú más destacados como tal: El exorcista, Tras el cristal, La huérfana, de nuevo la inevitable A Serbian Film...
Después, Nelson de la Rosa dedica unas páginas a aquellas películas susceptibles de ser incluidas en el corpus objeto de estudio de este libro y que sitúan su acción en un tiempo futuro; por su parte, Jordi Costa analiza cómo la imaginería de lo extremo ha acabado encontrando un hueco en el cine mainstream gracias a Quentin Tarantino, los remakes del cine de terror de los 70 o la franquicia Saw y los trabajos siguientes de sus artífices.
Finalmente, y como en los volúmenes anteriores, uno de los apartados más interesantes del volumen es la antología crítica de títulos importantes del tema tratado. En este caso, los filmes seleccionados son La brujería a través de los tiempos (Häxan), la magistral e inolvidable La parada de los monstruos (Freaks), otra obra maestra como El fotógrafo del pánico (Peeping Tom), Este perro mundo (Mondo Cane), La naranja mecánica de Stanley Kubrick, Viva la muerte, la reivindicable La semana del asesino de Eloy de la Iglesia, Thriller. A Cruel Picture, Sweet Movie, Saló o los 120 días de Sodoma de Pasolini, La muerte en directo de Bertrand Tavernier, Holocausto caníbal, Pesadillas de una mente enferma (Nightmare), Cada ver es..., la fundamental Videodrome de David Cronenberg, Angst, el film clave del ultragore alemán Nekromantik, Tras el cristal del hoy premiado (por Pan negro) Agustí Villaronga, Society, Funny Games de Michael Haneke, Seul contre tous de Gaspar Noé (también autor de Irreversible), la espléndida (y brutal) Martyrs, Encarnaçao do demonio de Mojica Marins, A Serbian Film y la inédita aquí Notre jour viendra.
Cierran el volumen una breve pero interesante antología de citas al hilo del tema tratado (con la variopinta intervención de, entre otros fragmentos, D. H. Lawrence, el recientemente fallecido Manuel Fraga Iribarne, Pasolini, Cronenberg, Georges Bataille y Marco Ferreri), la bibliografía pertinente y los índices onomástico y de títulos citados. Dicho esto, solo cabe señalar, para terminar, que Ven y mira es ya un libro de lectura indispensable para los interesados por el cine fantástico y de terror; pero mencionar esto resulta ser, dada la colección que lo acoge, una (muy feliz) redundancia.
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